Testimonios + 2013 Septiembre 2, Guatemala

 

Les envío un resumen de lo que dijeron las muchachas y muchachos de los varios colectivos en la última asamblea general.

 

Hay un progreso evidente en el proceso de concientización y de responsabilización.

Y ahora muchas chicas y chicos hablan sin miedo, también de frente a las asesoras y asesores y no tienen miedo de pedir a ellos explicaciones y también de hacer críticas.

 

En la última reunión del Comité de Gestión y del personal las representantes de los colectivos de calle y de la Casa 8 de Marzo pidieron a cada asesora y asesor explicar por qué no se sentaban a la mesa con las y los jóvenes para compartir el almuerzo.

 

Las contestaciones me permitieron conocer mejor a cada una de nuestros trabajadores.

Me sentí emocionado cuando trataron este tema, porque para mí la comida compartida tiene un significado muy importante, porque recuerda la última cena de Jesús cuando comparte el pan con sus amigos.

 

La primera vez que fuimos con un grupo de muchachas a comer en el restaurante Los Cebollines de la sexta avenida, era el primero de enero de 1994, me sentí emocionado.

La misma emoción la probé cuando tuvimos la primera casa con mesas alrededor de las cuales estaban sentados tantas muchachas y muchachos y niños.

 

Me imaginaba el Mojoca como una inmensa infinita mesa con todos los jóvenes sentados en un clima de amistad y de justicia porque era reconocido su derecho a la comida, es decir a la vida.

 

Etimológicamente la palabra compañero significa el con el cual se comparte el pan.

 

Ojalá que el Mojoca vuelva a los almuerzos compartidos donde se habla con amistad.

 

Gerardo