testimonios + 2009 Enero 31, Guatemala – palabras para fiesta

 

Esta maravillosa casa de las muchachas y muchachos de la calle, el Mojoca mismo, son el fruto de una larga historia de amor entre las niñas, niños y jóvenes más excluidos, las personas que se ocupan de ellas y ellos, y muchas otras de Europa, sobre todo de Italia. Por eso es para nosotros un gran alegría y honor la participación en esta fiesta de inauguración de su excelencia el señor Mainardo Benardelli de Leitenburg, embajador de Italia en Guatemala, del ingeniero Massimo Silvestri, de la licenciada Molly Vecchi y de la doctora Maria Edoarda Trilló que representan la asociación hermana “Amistrada”, de la licenciada Valeria Gemello de la asociación Soleterre de Italia, de las licenciadas Sebastiana Costa y Gilda Esposito de la Cooperación gubernamental italiana. A estas personas y a todas las amigas y amigos que aceptaron nuestra invitación, un afectuoso agradecimiento de parte de todo el Mojoca.

 

Esta casa antigua fue adquirida en el 1999 por el Mojoca gracias a una subvención de la Unión Europea y de Amistrada, gestionada por la ONG italiana Terra Nuova. Fue reconstruida y remodelada según los dibujos de la arquitecta Patricia Staakmann, amiga del Mojoca desde su fundación. Los trabajos fueron ejecutados por diligentes trabajadores baja la dirección del ing. Chojolán. La casa, reconstruida con amor en cada detalle, es un ejemplo de la valorización del patrimonio arquitectónico de la capital, un ejemplo que tendría que ser imitado en todo el centro histórico de nuestra ciudad.

 

La reconstrucción fu posible gracias a la amistad y solidaridad del pueblo italiano, sobre todo de Amistrada que tuvo la generosa audacia de consentir un préstamo sin interés y a plazo indeterminado de 114.000 euros, siguiendo en su apoyo a los proyectos del Mojoca. Desde el inicio de la historia del Mojoca, Amistrada asegura por lo menos el 40% de los recursos ordinarios que necesitamos. Estamos buscando otras subvenciones de modo que el dinero prestado pueda ser utilizado para los programas. Ya hemos recibido donaciones de otras organizaciones italianas: Mani Tese, la Mesa Valdés y el Banco de Italia. Estamos esperando la respuesta de una importante empresa italiana de energía eléctrica.

 

Las instituciones de base que nos apoyan representan a miles de personas que aman a las niñas, niños y jóvenes de la calle, que confían  en sus valores, en su inteligencia, en su capacidad de organizarse en un movimiento dirigido por ellas y ellos mismos para defender sus derechos, insertarse en modo digno en la sociedad y contribuir a la construcción de una Guatemala y de un Mundo más fraternal.

 

La casa, el Mojoca mismo, son únicamente el instrumento para el servicio de nuestras hermanas y hermanos de la calle. Cada niña, cada niño, cada joven es infinitamente más precioso que la casa y que todo el oro del mundo. Y como ama repetir nuestra amiga Patty De Block, la casa nueva, linda, solar, caliente, facilitará la construcción de mujeres y hombres nuevos, ciudadanas y ciudadanos responsables. El Mojoca, con su compromiso en defender los derechos de las personas más excluidas y humilladas en la sociedad, con su lucha por más justicia e igualdad, contribuye a la búsqueda de la reconciliación y de la paz tan necesarias a este país martirizado por la violencia, la injusticia social y la miseria que golpean a gran parte de su pueblo, en particular a las mujeres y a las y los jóvenes.

 

En 15 años de historia del Mojoca, centenares de jóvenes se insertaron en modo digno y responsable en la sociedad. El año pasado, 20 jóvenes mujeres iniciaron una microempresa. Actualmente, 23 jóvenes están buscando un trabajo y 150 están estudiando desde la guardería hasta la universidad.

 

Pero a la alegría de hoy, del recuerdo de los éxitos de las muchachas y muchachos formados en esta casa, se mezcla una preocupación para el futuro, preocupación agudizada por el cierre reciente de “Casa Alianza”, institución histórica que tanto hizo para defender los derechos de los jóvenes.

 

Para que el Mojoca pueda seguir su trabajo, es necesario encontrar rápidamente apoyos en Guatemala. Nuestra asociación de muchachas y muchachos de Guatemala no puede vivir sólo con subvenciones de Italia, Bélgica y Holanda (Cordaid).

 

El año pasado, tuvimos el honor de recibir el primer premio de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez por nuestro trabajo social, con una subvención de quinientos mil quetzales. Estamos muy agradecidos a esta Fundación y la felicito por el apoyo importante que ortoga a muchas obras sociales. Pero sola una Fundación poderosa y generosa no puede cambiar un país y restablecer la paz en la justicia.

 

Necesitamos un apoyo constante y consistente. Las redes de amistad de Italia y Bélgica, que son el Mojoca en Europa, seguirán apoyándonos. Pero no es suficiente. Necesitamos un apoyo del Gobierno y de la Municipalidad porque nosotros les apoyamos a cumplir con sus deberes de atención a la parte más excluida de su pueblo. Ya colaboramos en modo fraternal con Sheny Loarca del Programa de Población en Riesgo de Desarrollo Social de la Municipalidad y con Sandra Ramírez que dirigía la Unidad de niñez y adolescencia en situación de calle de Bienestar Social, unidad que actualmente no está activa. Pero estas instituciones no tienen los recursos humanos y materiales suficientes para realizar su misión.

 

Las muchachas y los muchachos organizados en el Mojoca pedirán con insistencia que el Gobierno y la Municipalidad reconozcan sus derechos.

 

Pero tenemos también que organizar en Guatemala una red de amistad como las que existen en Europa. Por eso propongo a ustedes, amigas y amigos aquí presentes, de tomar hoy mismo este compromiso para asegurar la vida del Mojoca.

 

El Movimiento de Jóvenes de la Calle tiene que seguir viviendo hasta cuando hayan en este país niñas, niños, jóvenes que viven en las calles, despreciados, humillados, a menudo violentados, asesinados. Sin derechos, no ciudadanos.

 

Yo soy anciano y estoy llegando a la terminal de mi compromiso con esas niñas, niños y jóvenes que se volvieron, desde hace 16 años, mi razón de vivir. Para que no se apague la alegría de esta fiesta, la esperanza y el sueño que se llama Mojoca, confío a ustedes todas y todos las niñas y niños de la calle, hijas e hijos de su pueblo, hijas e hijos consentidos de Dios. El futuro del Mojoca se llama Guatemala.

 

Gérard Lutte