testimonios + 2006 julio 25 Gerardo
Guatemala, 21 de Julio del 2006.
Queridas amigas y amigos de las muchachas y muchachos de la calle. Un cariñoso saludo.
Estoy en Guatemala hace tan sólo dos semanas y no tenía la intención de escribir tan rápido, pero hemos tenido importantes eventos y quiero contárselos.
Así mueren los jóvenes de la calle
La noticia de la muerte de Carlitos ha estallado al amanecer del 15 de julio, sábado, como un trueno en un cielo sereno.
Sabíamos que estaba hospitalizado, probablemente por una sobredosis de solvente, pero pensábamos que se trataba de una crisis pasajera de la cual saldría rápidamente.
Muchos jóvenes de la calle han pasado antes por esta experiencia y no han muerto.
La vigilia fue a la mañana.
Estuvieron amigos de su grupo de la Bolivar que lo acompañaron a la casa del movimiento, vomitaba y no lograba moverse.
Dos responsables de MOJOCA lo llevaron en seguida hasta un centro médico para niños de la calle de una ONG internacional. El médico le puso una inyección y aseguró que no estaba grave y Carlitos estaba fingiendo estar malo para llamar la atención, que no era necesario tomar un taxi para volver a la casa.
Por lástima los acompañantes creyeron caso al médico y regresaron a la casa donde lo acostaron sobre un poncho, confiándolo a uno de sus compañeros.
Dos horas más tarde, como no había mejorado Mirna respondió rápidamente acompañándolo a un hospital. Pero también ahí los médicos demostraron la misma incompetencia e irresponsabilidad. Y al día siguiente, al alba, Carlos que pasaba sus noches acompañado de manera numerosa de sus amigos y amigas de la Bolívar moría solo en un hospital inhóspito.
Era un muchacho de MOJOCA
Carlos tenía 17 años. Había estado numerosos años en instituciones que no habían mermado su alegría de vivir, su travesura, su facilidad de trato y de amistad.
Tres días antes de morir, en un taller de auto expresión de nuestra escuela de la amistad se describió de la siguiente manera: “yo soy honesto, colaborador, sincero, soy estudioso, soy tolerante, amigable. Me gusta oír música, me gusta hacer las cosas con amor, me gusta cuidar mis cosas y me gusta participar.”
En la Bolívar y en MOJOCA, Carlos había encontrado su casa Llegaba todos los días, frecuentaba la escuela y realizaba la 6ªPrimaria, participaba regularmente en el taller de circo. Casi todos los días, subía a mi oficina, se sentaba y charlábamos antes de volver a sus actividades.
No nos enterábamos verdaderamente del lugar que él ocupaba en nuestra felicidad.
La separación
Fue un golpe de desgracia y dolor en MOJOCA. Nos identificábamos con los gritos desesperados de su compañera Guadalupe, que repetía continuamente como un canto fúnebre: ¡NO! ¡NO! ¡NOOOOOO! ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?.
Según la noticia se iba expandiendo los jóvenes iban acudiendo a la casa. Nos reunimos para rezar, hablar de él y llorar juntos. Los testimonios a menudos rotos por los gemidos y los llantos, por el odio hacia lo ocurrido al amigo fiel y alegre.
Casi cerca de cincuenta jóvenes se quedaron toda la noche en la casa, su casa, para velarlo. La última noche con su familia de la calle.
En Guatemala, los ataúdes poseen una ventana que permiten contemplar la cara del difunto. Jamás podré olvidar la larga procesión de muchas y muchos que se abrazaban al ataúd y contemplaban el rostro de Carlitos, hablaban con él preguntándole por qué les había abandonado y llorando gimiendo y chillando de dolor. ¡Cómo te amaban Carlitos!
El domingo a la mañana, la casa se volvió a llenar. Un último adiós de sus compañeros, los cuales cargaron el ataúd a sus espaldas. El cuerpo de Carlos ha dejado su casa.
En el cementerio, muchachas y muchos se turnaron para llevarlo a hombros dándole un adiós roto por el dolor.
Después llegó el silencio y la soledad. El cementerio se iba vaciando despacio. La asamblea que se va disolviendo.
Tenemos muchas preguntas que se quedaron sin respuesta: ¿si los médicos no llegan a ser negligentes, más respetuosos con los niños de la calle, no estaría Carlos todavía con nosotros?¿si se habría enterado mientras estaba vivo de todo el amor que se ha manifestado después de su muerte, no habría encontrado en eso la fuerza para dominar la droga?
Y ahora es tiempo de acción
El tiempo traerá consecuencias. La negligencia de los médicos tiene que ser sancionada como merece. En MOJOCA necesitamos una enfermera competente que conozca los problemas de salud de los niños de la calle, que les proporcionen los cuidados necesarios para superar las enfermedades y acompañe a los jóvenes que necesiten a los centros de salud.
Su presencia también de sería útil con las jóvenes embarazadas y los bebés y niños de la casa del 8 de Marzo encargándose también de las clases de salud.
También es hora de abrir una casa para los varones. Lo piden con insistencia. Pero todo eso cuesta y ya tenemos dificultades para financiar los programas existentes. Pero es una cuestión de vida o muerte. Tuvimos demasiados muertos, demasiados muchas y muchos asesinados en los últimos tiempos.
Contra la violencia
El sábado pasado, 21 de julio, MOJOCA organizó una manifestación contra la violencia de las cuales son víctimas niñas, niños y jóvenes de la calle.
Era la primera manifestación de los jóvenes de la calle. Casi cien muchas y muchos han desfilado por desde el municipio capital hasta el palacio nacional en el parque central con pancartas contra la violencia o para exigir el respeto de sus derechos, o para revindicar un trabajo que permita una vida digna.
Esta manifestación fue realizada tras un largo trabajo con los grupos de la calle.
Las artistas de la 8 de marzo
Para concluir esta carta quiero dar otras buenas noticias. Las muchachas y acompañantes de la casa 8 de marzo están tomando muchas iniciativas.
Están cosiendo las cortinas para su casa y fabrican unas magníficas tarjetas. El beneficio de esa venta, servirá para sus actividades de tiempo libre.
El club de la cigüeña y la escuela de bellezza
El club de la cigüeña y la escuela de bellezza El “club de la cigüeña” que prepara a las jóvenes embarazadas para la maternidad, nos fue confiado por el centro médico de Médicos sin fronteras, que capacita a los acompañantes y entrega el material necesario hasta el final del año.
El mes pasado se inició en la Casa 8 de marzo un curso de estética que entregará un diploma oficial del ministerio de educación. Varias patojas se inscribieron. Esto es sólo un inicio.
Las jóvenes mujeres de la 8 de Marzo
En nuestra casa hay actualmente siete jóvenes mujeres de las cuales dos son mamás con sus bebés y otra joven está embarazada. Se encuentran bien en la casa, porque no es un lugar cerrado o una cárcel.
Todo lo deciden juntas y, a la mañana, salen libremente para ir a trabajar o a la escuela.
He traído una cerámica del artista belga Max Van der Linden, que representa una madre con su hijo. La compré hace 35 años para la capilla de Prato Rotondo, lugar donde se encuentran las fabelas de Roma. La madre de Jesús y su hijo o una madre de la calle con su bebé.
Será la joven mujer de la 8 de marzo, haremos una gran fiesta cuando la pusimos a la casa invitando a todas las muchas de la calle y a sus hijos.
La escuela de la amistad
Creo que ya saben que hemos reorganizado nuestra escuela que ahora se hace cada día de lunes a viernes. Unos tenían miedo de que esa reforma desanimara a los alumnos, y ha pasado todo lo contrario.
El número de los estudiantes se ha triplicado. Tenía razón el padre Milani cuando decía que los jóvenes pobres tienen el deseo de estudiar. La educación es la única riqueza de los pobres.
Para concluir esta carta, quiero decir que los muchachos y muchachas de la calle necesitan de vuestra generosidad y amistad para realizar sus sueños.
Un afectuoso abrazo
Gerardo.