el proyecto + PARA PROFUNDIZAR + 2000 - un proyecto de amistad con las muchachas y muchachos de la calle en Guatemala
PARTIENDO DE ELLOS Y CON ELLOS: EL SUENO DE UN MOVIMIENTO
LA REBELION, ESPERANZA DE CAMBIO
PARTIENDO DE ELLOS Y CON ELLOS: EL SUENO DE UN MOVIMIENTO
Rebeldes o aplastados, no sumisos sino solidarios, las muchachas y muchachos tienen una inmensa necesidad de ser acercados, mirados, reconocidos como personas, amados. Piden tambien una ayuda para realizar sus propios sueños. Generalmente, rechazan de entrar en una institución donde son privados de su libertad, sometidos a los adultos sin posibilidad de decidir de su propia vida, separados de su compañero o compañera, con los propios hijos confiados a otros.
Se habrían podido reconocer solo en un proyecto construido partiendo de ellos mismos, con ellos, en medio a estos espacios transitorios, a estos grupos siempre en movimiento en los cuales crecen, se afirman o son aplastados, a veces violados, asesinados o destruidos un poco a la vez por el solvente que inhalan todo el dia para olvidarse del hambre, humillaciones y miedo.
Y asi es con ellos que nació el sueño de organizar un movimiento de jóvenes de la calle, un movimiento auto-organizado que defendiera sus derechos.
LA REBELION, ESPERANZA DE CAMBIO
Las esperanzas de las muchachas y muchachos de la calle se encuentran en ellos mismos, en sus intensas y obstinadas voluntades de vivir, en su rebelión, en su solidaridad y amistad, en su deseo, no siempre conscientes de un mundo más fraterno, donde las personas sean más importantes del dinero. Su vida es un desafio continuo a la muerte, el impetuoso deseo de vivir, de salir del aburrimiento, de la mediocridad, de la violencia en los sectores marginales, ponen en peligro la propia vida. No aceptan de vivir como decidieron por ellos los que tienen el poder. Viven afuera de la ley, con robos o prostitución, pero no se someten.
«Lo que necesitamos verdaderamente es simplemente la libertad de existir, de desarrollar nuestra cultura y descubrir nuevamente el sentido de nuestra historia». (Rigoberta Menchù, premio Nobel para la paz).