el proyecto + PARA PROFUNDIZAR + 1999 - filosofía del movimiento

 

REUNIÓN DE FORMACIÓN DEL EQUIPO TÉCNICO DEL MOVIMIENTO DE JÓVENES DE LA CALLE

 

                                                                    Guatemala, 8 de octubre 1999

 

Me parece necesario volver a tomar una conciencia clara de cuales son los objetivos del movimiento y del método para alcanzarlos que es la pedagogía de la liberación. La pedagogía de la liberación no es una lista de actividades o de herramientas, sino actitudes básicas, principios fundamentales che tienen que dirigir nuestras actividades y sobre todo nuestras relaciones con las patojas y patojos y entre de nosotras y nosotros.

 

Yo voy a recordar dos principios básicos:

 

- Las y los más pobres, más excluidas-os, las que son consideradas.os las  últimas y últimos  son las personas más importantes, las personas más capaces de cambiar el mundo liberándose ellas mismas.

Para los creyentes, en la perspectiva de la teología de la liberación,  esas personas son por excelencia el Cristo viviente, las patojas y patojos de la calle son las hijas e hijos preferidos de dios.

 

2        - Solo esas personas pueden liberarse y mejorar la sociedad liberándose. No podemos regalar a ellas la liberación, sino solo ayudar a ellas y ellos siendo al mismo tiempo ayudadas y ayudados por ellas y ellos en nuestra lucha personal de liberación, de búsqueda de la felicidad. No se puede alcanzar los objetivos del movimiento sin creer en las y los jóvenes de la calle, en su inteligencia, en sus valores, en su corazón, en su capacidad de cambiar y de luchar, de volverse las y los que van a dirigir el movimiento.

 

Su trabajo es el servicio a las patojas y patojos de la calle, la clase más marginada de la sociedad, como me decía un muchacho de la calle. Nosotras y nosotros tenemos el privilegio de servir a las personas más importantes del mundo.

 

Cada día al despertar tendremos que recordar eso, sentirnos llenas y llenos de alegría por ese don que hemos recibido, recordar que las patojas y patojos de la calle son las dueñas y dueños del movimiento, del dinero que recibimos de la solidaridad  y de la Unión Europea, que ellas y ellos, no nosotras y nosotros, son las dueñas y dueños de la casa que alquilamos y de la que, espero, vamos a comprar.

 

Siempre tenemos que preguntarnos, cada día y varias veces al día, si tenemos una actitud de servicio o de mando. Ellas y ellos son las que tienen que mandar.

 

Ustedes me van a preguntar: cómo es posible que muchachas y muchachos que se drogan, que roban, que son violentas y violentos, inestables, puedan volverse las dueñas y dueños del movimiento y mandar a nosotras y nosotros?

 

Voy a hacer una comparación: cuando en un reino muere el rey mientras el príncipe o la princesa hereditaria todavía es una niña incapaz de reinar, otros toman en modo transitorio  y subordinado la dirección del país, preparando el príncipe o la princesa a asumir sus responsabilidades, asociando en modo progresivo a ella al gobierno, teniendo siempre hacia ella una actitud de infinito respeto porque nunca olvidan que ella es la dueña, no ellos.

 

Es claro que el movimiento no es un reino, sino una asociación de personas iguales y nuestra actitud tiene que ser no solo de respeto sino un modo más exigente de amistad. La amistad es la actitud fundamental, el modo de relacionarse a los otros que caracteriza el método de la pedagogía de la liberación.  La amistad es la forma más noble y exigente del amor, el modelo ideal de las relaciones entre las personas humanas.  No es posible hacer un buen trabajo con las patojas y patojos de la calle sin amar la amistad hacia ellas y ellos, a cada una de ellos y ellas, sin ser preocupados por la felicidad, la dignidad, la salud, la instrucción de cada una u uno de ellas, sin sufrir cuando sufren, cuando se enferman, cuando son jalados-os, cuando son humilladas-os, cuando son echadas-os de su casa. El amor de amistad, amor espiritual, desinteresado, mejor la pasión de amistad que pone al centro de nuestra vida, de nuestros proyectos, de nuestros pensamientos, de nuestro sueños la felicidad de las patojas y patojos de la calle tiene que ser la base de nuestro compromiso, una base necesaria, indispensable. El amor de amistad nos da ánimo, entusiasmo en nuestro compromiso, nos ayuda a superar las frecuentes decepciones, nos hace creativos. 

 

Tenemos que hacernos cada uno y cada día y varias veces al día, y todas-os juntas una vez a la semana, una radical revisión de vida para ver si nuestra actitud hacía las patojas-os es de respeto, de amistad, si tratamos a ellas-os como a las dueñas del movimiento y de la casa, si no tenemos actitudes si no decimos frases che pueden ofender y excluir, si cuando hacemos errores, ofendemos aún sin quererlo, nos comportamos como dueñas y dueños, si pedimos perdón a ellas y ellos, si intentamos buscar la reconciliación que sea con personas o con grupos.  Tenemos siempre que preguntarnos si hacemos todo lo que es posible para asociar a las y a los jóvenes a las decisiones, a la programación.  Tenemos que preguntarnos de continuo si nuestras actividades sirven para que puedan ver respetados sus derechos fundamentales: el derecho al respeto, a la vida, a la alimentación, a la salud, a un techo, a la instrucción, al trabajo porque es solo luchando para el  respeto de sus derechos que las patojas y patojos pueden tomar conciencia y volverse efectivamente dueñas y dueños de su movimiento.

 

Hay el riesgo – no tenemos que esconderlo – que el movimiento sea una institución como las otras, quizás con un discurso diferente, pero con el mismo modo de accionar che mantiene en un papel secundario a las patojas y patojos y deja más poder a las y a los acompañantes, mas privilegios que así se quedan en realidad las dueñas y dueños del  movimiento. Sería útil investigar sobre lo que sienten las patojas y patojos respecto a quien detiene el poder en el movimiento.

 

Tengo que ser totalmente sincero con ustedes y decir que siento demasiado resentimiento y malentendidos de parte de patojas y patojos hacía el movimiento o hacia una u otro acompañante, a veces un sentido de exclusión.  Yo sufro cuando veo que una o un joven de la calle no puede entrar a su casa, no puede tener la comida aún si comprendo la necesidad de reglas, de luchar contra el asistencialismo.  Pero es necesario tener una inmensa prudencia en esos casos, que las reglas sean decididas y aplicadas por las y los jóvenes mismos, que las sanciones sean comunicadas con suavidad, con amor, con la máxima  preocupación de recuperar al joven excluido, explicando siempre a ellos las razones de las decisiones. Proponendo las condiciones, propuestas concretas para que pueda regresar el más rápido posible . Razón y corazón son los dos pilares de nuestro compromiso.

 

Tendremos que volver a leer el himno de Pablo al amor: amor paciente, amor que siempre perdona, amor que no ofende, amor que hace confianza.  Tenemos que asumir los riegos de la confianza.

 

Yo quisiera volver a tocar los temas de esa reunión sobre el proceso de toma de conciencia y de autogestión del movimiento. Y lo vamos a hacer no en modo teórico, sino a través de sus historias de vida. Ya lo hicimos la primera vez que hicieron conmigo un día de formación, pero pienso que podemos volver a hacerlo otra vez porque  la mayoría del grupo no participó a esa reunión y sobre todo porque conocer mejor a cada persona del equipo es importante para fortalecer la estima recíproca y la unión del grupo. Entonces voy a pedir a cada una y uno de ustedes de contar su historia de vida centrada sobre la toma de conciencia socio-política, en particular sobre su experiencia personal de compromiso con el movimiento, sobre su visión del movimiento, de sus objetivos, de cómo alcanzarlo.

Teniendo en cuenta sus historias y otras de jóvenes entrevistadas-os voy a intentar de evidenciar los aspectos esenciales de la pedagogía de la liberación aplicándola a las-os jóvenes de la calle.

 

 

EL PROCESO DE CONCIENTIZACIÓN Y DE COMPROMISO EN LAS LUCHAS POPULARES

1 -Naturaleza del proceso de concientización

 

Como una muchacha o un muchacho que vive en la calle, que en general ha estudiado poco, no tuvo la posibilidad de desarrollar estrategias cognitivas complejas, que no está acostumbrado a reflexionsar sobre la sociedad, lee nada o poco, que vive periqueando, yendo a la caza o ocupándose, que no tiene una casa, que solventea por muchas horas al día, pueda decidir formar parte de un movimiento y  luchar por el cambio de la sociedad?

 

Se trata de un proceso muy largo y complejo, que interesa toda la persona y que comporta una toma de conciencia con varias etapas:

-         darse cuenta de que no se está a gusto, de que se está marginado, de que sus derechos no están respetados,

-         darse cuenta que todas y todos los jóvenes de la calle viven esa condición de injusticia

-         - darse cuenta que esa condición no es natural, de que no depende de las culpas de las o los jóvenes de la calle o de sus familias, sino de la organización de la sociedad, de la violencia de las clases opresoras;

-         - tomar conciencia que esta situación puede cambiar si los marginados toman conciencia, si se organizan, si  elaboran proyectos diferentes de sociedad, si se unen a otras organizaciones populares para cambiar la sociedad.

 

La toma de conciencia comporta elaboraciones graduales más complejas y nunca se acaba totalmente. Comporta aspectos diferentes no necesariamente ligados entre sí:  hay una conciencia nacional respecto al dominio de los paises ricos y de las multinacionales;  una conciencia de clase respecto a la explotación de las clases dominantes;  una conciencia de edad o de generación  frente a la hegemonía de los adultos; una conciencia de género frente a la opresión de los machos;  una conciencia de calle de frente a la marginación de la sociedad y tantas otras formas de conciencia respecto a las relativas formas de opresión: conciencia étnica, homosexual, de los discapacitados,  etc.

 

Pero el compromiso en la organización y en la lucha requiere mucho mas que una toma de conciencia, es decir mucho más que una forma diversa de ver la realidad social y personal. Requiere un cambio de los valores y de los proyectos de vida, una profunda reestructuración de la personalidad, del comportamiento, de las relacione con los demás y con una misma-o, una redifinición de uno mismo, de la propia identidad. El paso desde la indiferencia al compromiso militante puede compararse a la conversión religiosa: es una revolución en toda la persona.

 

 

2       La edad de la toma de conciencia y del compromiso socio-político

 

En varias encuestas realizadas con jóvenes de Nicaragua, de Italia y de otros quince países de Asia, Africa, América Latina y Europa, he constatado que la toma de conciencia y el compromiso para cambiar la sociedad son se verifican normalmente ante de la adolescencia, auque se pueda descubrir algunas anticipaciones  en la infancia, bajo la influencia de circunstancias politicas particulares o de padres comprometidos en luchas sociales y políticas. Durante la adolescencia, las y los jóvenes adquieren las capacidades cognitivas de los adultos, que les permiten comprender la sociedad a un nivel más abstracto, darse cuenta de las causas socio-ecónomicas de las injusticias, e imaginar otras formas de organización social., Además, es en la adolescencia que las y los jóvenes desean y se vuelven capaces de actuar en modo autónomo y responsable, como deberían hacer las y los adultos. Es la fase de la vida, en la cual las-os jóvenes se vuelven capaces de tomar las opciones que comprometen una vida, en que se es capaz de participar a la vida social y política.

 

Con las niñas y niños de la calle la situación se presenta en modo diferente: ya se ha vuelto indipendentes de los adultos, ya tuvieron que sobrevir, que desarrollar estrategias cognitivas complejas, entonces no es imposible que puedan llegar a una toma de conciencia más rápida que las niñas y niños que se quedan protegidos y dependientes en su familia. Pero tienen que enfrentar otros obstáculos: la falta de instrucción, los problemas psicológicos de los cuales sufren, la falta de autostima, el uso de la droga. Yo pienso que niñas como Michele o Grecia sean capaces de tomar conciencia y de comprometerse.

 

Decir que la adolescencia en general es el tiempo de la toma de conciencia, no significa que se produce necesariamente. Significa solo que se vuelven capaces de concientizarse, de identificarse con un movimiento de liberación, pero habitualmente esas decisiones dependen no de la edad, sino de circunstancias favorables como son el encuentro con personas que facilitan opciones personales.  La toma de conciencia pueda verificarse a cualquier edad, en la edad adulta y hasta en la vejez.

 

Los itinerarios que conducen a la toma de conciencia y al compromiso militante son tan numerosos como las personas, únicas y excepcionales como ellas. Hay circunstancias que pueden favorecer o entorpecer la toma de conciencia y el compromiso militante, que en todo modo es una opción de cada persona.  Y esto explica por qué jóvenes sometidas-os a la influencia de las mismas circunstancias, que son compañeras-os de escuela, de trabajo, hermanas o hermanos, miembras-os de la misma mara, toman a menudo opciones diferentes. El compromiso es una elección libre.

 

 

3       los obstacúlos de la toma de conciencia

 

Para comprender los itinerarios de la toma de conciencia, es útil tener en cuenta no solo los factores que los favorecen, sino también los obstacúlos que los dificultan.  Las biografías que he analizado permiten constatar que las instituciones educativas, la familia, la escuela, las iglesias e inclusive los sindicatos y los partidos de izquierda, raramente aparecen como lugares de concientización. Hay excepciones, pero son excepciones.

 

Habitualmente, los padres intentan integrar a las y a los jóvenes en el sistema social, les empujan a una búsqueda de un éxito individualista o el amor a las hijas o hijos, el deseo de compensar sus propios fracasos, les incitan a buscar una buena posición social y a evitar los riesgos de comprometerse con organizaciones de liberación. Pero la familia puede favorecer la toma de conciencia mediante la educación, los valores que transmite: la solidaridad, el sentido de responsabilidad, el respeto y el amor a los demás.

 

La escuela, aún mas que la familia, es un factor de integración y de reproducción de las desigualdades sociales. Las niñas y niños de las clases pobres a menudo no tienen la posibilidad de frecuentar la escuela o padecen fracasos escolares que les llevan a abandonar los estudios, que les humillan, les convencen que son incapaces de estudiar. Normalmente las y las jóvenes pobres que abandona los estudios estan convencidas que su decisión es libre, que no les interesa la escuela. Por lo tanto se hacen responsables de lo que solo es el resultado de una selección y de una exclusión sociales.

 

Además la escuela transmite la ideología dominante que enmascara las desigualdades sociales  y sus causas, impide la formación del espíritu crítico y alienta el conformismo, la docilidad intelectual, el individualismo y la competividad. Ypara conseguir esos objetivos, la escuela no recurre solamente al contenido de la enseñanza, sino también a las relaciones jerárquicas de dominio-sometimiento y de control, y no de democracia y colaboración.

 

Pero también la escuela puede favorecer la emancipación con los conocimientos que transmite, ayudar a construir instrumentos intelectuales. A veces un enseñante puede favorecer la toma de conciencia. Es lo que pasa frecuentemente en la escuela durante los tiempos de contestación con los movimientos estudiantiles.

 

En general la Iglesia jerárquica favorece el sometimiento de los jóvenes y de los explotados,  en las mujeres, sacraliza eso sometimiento.  Aquí también hay excepciones, comunidades, personas, sacerdotes, hasta obispos, que se convierten a Cristo en los pobres y se vuelven facilitadores de toma de conciencia y de compromiso por la liberación  personal y colectiva.

 

 

4       El proceso de concientización

 

4.1 El punto de partida: el sentimiento de malestar

 

En la base de la toma de conciencia, hay un sentimiento difundido de malestar, de frustración, de descontento ante la sociedad y ante si misma-o, la sensación de no ser respetada-o, de no poder satisfacer las aspiraciones humanas fundamentales.  En este tiempo de mundialización neo-liberal,  de la dictadura mundial del dinero, la mayoría de los jóvenes, de las personas de las clases populares, de los habitantes del así llamado Tercer Mundo, sufren de esas frustraciones, no son respetadas como personas humanas, sufren la violencia de la explotación y de la exclusión.  Las niñas, niños y jóvenes de la calle son la punta extrema de eso proceso mundial y nacional de exclusión, personas inútiles para el provecho y la producción de riqueza. Son las personas que más sufren en su cuerpo, su alma, su corazón, de la crueldad de los dueños del planeta.  Son también las personas que más necesitan un radical cambio de la sociedad.

 

Pero los sentimientos de frustración y de malestar, por sí solos, no conducen al compromiso; al contrario, pueden favorecer posturas individualistas y escapistas, la evasión en el consumismo, la delincuencia, la toxicomanía.  Pero querría hacer el elogio de la toxicómana y de la delincuencia que es ya una contestación, seguramente no las más adapta, a la injusticia subida, que manifestar una no aceptación, pero que no cambian la situación.

 

4.2  El inicio de la concientización: la amistad y el grupo

 

Para dar una respuesta constructiva a las frustraciones de las y de los jóvenes es necesario basarse en las necesidades que experimentan intensamente: necesidad de amistad, de vida en grupo, ser respetado y tratado como una persona autónoma. El grupo de la calle y en modo distinto la mara son medios para crear una sociedad alternativa a aquella que excluye y oprime.

 

He constatado en muchas historias de vida  que la toma de conciencia habitualmente empieza con un encuentro, con la amistad con una compañera, un compañero. AL INCIO ESTÁ LA AMISTAD.  Porqué la amistad es el inicio de contestación  a las necesidades de las personas humanas.  La amistad permite una identificación con la persona encontrada – hablando de encuentro hablo del inicio de una relación profunda en la cual se dialoga, se trata la otra persona como persona humana, que se respeta, que se escucha, que se ayuda. Que se ama . El amigo se convierte en modelo de imitar.  Al inicio del proceso de toma de conciencia no hay habitualmente un conocimiento intelectual sino una amistad. El aspecto emotivo entonces es sumamente importante, la persona en su totalidad tiene que ser involucrada.  Para enfrentar las renuncias y los riesgos que comporta el compromiso militante, es indispensble algo más que la simple comprensión intelectual, es indispensable el impulso afectivo que surge del amor reciproco entre amigas y amigos.

 

El proceso de identificación habitualmente se verifica entre personas del mismo género, entre muchachas o entre muchachos. Entonces es indispensable la presencia en grupos mixtos de un acompañante de cada género. Como es indispensable tener siempre en cuenta que en las relaciones de personas jóvenes de género diferente, entran en juego factores de atracción que pueden obstaculizar más que facilitar un proceso de identificación militante.

 

La iniciación no se realiza solamente en una relación de dos, sino sobre todo en un grupo porque el grupo da una respuesta a muchas necesidades de las y de los jóvenes.  Por eso es importantísimo trabajar como ustedes ya hacen con los grupos de la calle, intentar  formar el movimiento como confederación de los grupos de la calle, trabajar para que cada grupo pueda reconocerse como integrante del movimiento que no se puede identificar con uno o dos grupos.

 

4.3 El dialogo sobre las vivencias personales

 

Después de la formación de relaciones de amistad con grupos de jóvenes come se desarrolla el proceso de concientización?  En principio consiste esencialmente en hacer, de forma más sistemática y profunda, lo que se hace en modo espontáneo en cada grupo de amigas o amigos: hablar de los propios problemas, de las propias vivencias.  Pues, en modo progresivo, la o el acompañante irá procurando que se busquen las causas y que se  prevean las posibles soluciones.  Por muchas y muchos jóvenes hablar de si misma-o agrada porque son escuchadas-os. Algunas-os son más timidas-os, no están acostumbradas-os a expresar los pensamientos y los sentimientos íntimos, necesitarán más tiempo para abrirse, salir de su caparazón y exteriorizarse. Pero la necesidad de expresarse, de ser escuchada-o con atención sin riesgo de ser juzgada, siendo en contrario respetada o aceptado, es una exigencia fundamental de cada persona humana que necesita ser reconocida en el misterio de su unicidad, de huir del anonimato y de la uniformidad que ahogan las individualidades en nuestras sociedades manipuladas por computadoras.  El dialogo entre personas es indispensable para el desarrollo personal al punto que se puede decir que una persona no puede volverse persona y reconocerse persona si no viene reconocida come persona en el dialogo con otra persona

 

4.4             Sin acciones para dar una respuesta a necesidades vitales, no hay toma de conciencia y compromiso, no se forma el movimiento

 

Una etapa importante es el paso de la toma de conciencia al compromiso militante es el iniciar acciones para resolver un probleama concreto, responder a una necesidad vital de los jóvenes. La acción educativa no puede limitarse a charlas que rápidamente aburren, sobre todo si no se refieren a problemas vitales de las y de los jóvenes, tiene que ser estrechamente ligada a acciones para mejorar las condiciones de vida de las-os jóvenes. Por ejemplo, la acción de la JOC se resume en la premisa “Ver, juzgar, actuar”, en la cual el ver y el juzgar desmbocan en el actuar.

 

La acción tiene siempre que partir de los problemas más urgentes para los jóvenes. En nuestro caso: la defensa contra las redadas de la policía, las violencias de los estudiantes, las violaciones y asesinos, el defender el derecho a un techo por los grupos de la Parroquia o del Concordia, la alfabetización, la capacitación, los estudios después del básico, las necesidades de salud, la protección de los nenes y nenas,  un cuarto, un trabajo.

 

La primera etapa de la acción es el análisis del problema y de sus causas, la planificación de la lucha que comporta la definición de los objetivos que hay que conseguir – no solo la solución de problemas concretos, sino también la formación de las-os jóvenes y la expansión del movimiento – de los medios que hay que poner en práctica y de las varias etapas que hay qu prever. Se tiene que tener el objetivo de hacer participar a la acción a todos los jóvenes de un grupo, en algunos casos de todos los grupos y de otras instituciones. Así el movimiento se convierte en vanguardia de todas las jóvenes y todos los jóvenes de la calle. Una acción no tiene que ser aislada, sino ser como el comienzo de un proceso más amplio que debería desarrollarse para alcanzar objetivos siempre mas importantes para las jóvenes y los jóvenes de la calle.

 

En el transcurso de la acción se tendria también que confiar responsabilidades a jóvenes que no hacen parte del movimiento con el fin que tomen confianza en ellas-os mismas-os y se den cuenta de que es posible hacer algo. El proceso de formación en la acción se completa mediante una revisión crítica en dos etapas: con todos loas-os partecipantes y con los responsables.

 

La pedagogía de liberación prevé etapas en la formación del militante.

En el movimiento se ha distinguido entre

-         las y los que todavía no participan, que se encuentran en las calles y que se invitan a las actividades;

-         los que partecipan en modo irregular (grupos intermedios);

-         los que participan en modo regular y asumen responsabilidades en la programación, actuación y evaluación;

-         los que asumen responsabilidades completas (propuesta a Jeaneth y Mayra).

 

La JOC por su parte prevé las etapas siguientes:

-         la etapa del contacto con las y los jóvenes a las-os cuales se invita a participar  en aciones sin hacer parte del movimiento:

-         en una secunda etapa, se inscriben al movimiento, pagan su cuota, participan a las reuniones periódicas, en las actividades, en las sesiones de formación, pero todavía no asumen responsabilidades. Importante me parece la formalización  del volverse socio del movimiento;

-         en la tercera etapa, forman un grupo de base donde analizan su condición, empiezan a programar, realizar y evaluar aciones concretas y a participar a las decisiones del movimiento.

-         los responsables de los grupos de base (en nuestro caso las y los acompañantes), forman parte a su vez de un grupo donde puede analizar su vida y su compromiso militante. Entonces, hay un proceso de formación continua.

 

A medida que progresa la formación en la acción, la o el militante se inicia en otras técnicas de concientización y de conocimiento de la realidad: encuestas, sesiones de formación. Encuentros a nivel nacional o internacional. Intercambios con otros países.

 

 

4.5             Toma de conciencia, compromiso y reestructuración de la personalidad

 

La toma de conciencia y la identificación con un movimiento corresponden a una reestructuración de la personalidad, del sistema de valores, de los proyectos de vida, de las relaciones con los demás, de la visión del mondo.

 

Las relaciones que se establecen en los grupos del movimiento tendrán que ayudar a las chicas a liberarse del machismo y a instaurar relaciones menos desiguales con los varones.

 

La concientización y el compromiso militante ayudan también a superar la timidez, la falta de autostima, los sentimientos de inferioridad, de incapacidad que a menudo se perciben como rasgos naturales de la personalidad mientras son el resultado de la marginación y humillaciones que sufren  Para mantener a las y los jóvenes más pobres en su condición de marginación y exclusión, la sociedad dominante hace interiorizar a ellas y ellos que son responsables y culpables de su condición.

 

Es la amistad, la estima de aquellas-os a las-os que se quiere y se estima, junto al análisis de la realidad y a la acción para modificarla,  que  permiten  tomar confianza en una y uno mismo, conocerse mejor, elegir valores personales, expresar las propias ideas y los propios sentimientos. El grupo de base permite abrirse a los demás, aprendiendo a conocerse mejor a sí mismo en un intercambio de confidencias mutuas.

 

La relaciones con los demás también cambian profundamente, se hacen mas intensas, más amigables, mas confiadas. Se aprende a escuchar, a comprender, a respetar. También la visión de la vida  de la sociedad cambia radicalmente. Los jóvenes de la calle y de las clases popualres sufren a menudo de una privación cultural, no sólo porque no hayan adquirido más que conocimientos, al haber precozmente interrumpido el ciclo escolar, sino sobre todo porque han adquirido una geología débil, sin demasiados contenidos e instrumentos críticos, que paraliza cualquier acción colectiva porque se caracteriza por un especie de “fatalidad de la derrota”. El movimiento tendría que libera a las y los jóvenes de la calle de la fatalidad de la calle.

 

 

CONCLUSIÓN: LA NECESIDAD DE LA FORMACIÓN DE LOS Y LAS ACOMPAÑANTES

 

La formación de un movimiento es un desafío, un reto inmenso en conflicto con la ideología y práctica dominantes del neo-liberalismo.

Es un proyecto difícil que encuentra dificultades no solo en la sociedad,  sino también en las patojas y patojos de la calle y en nosotras y nosotros mismos.

 

Exige una formación continua a nivel humano, espiritual, intelectual y profesional.

 

Es un proyecto de vida contra el proyecto de muerte de la mundialización neo-liberal.

 

Nuestro papel es de facilitar a todas las niñas, niños de la calle no solo del centro histórico de la capital sino de toda la ciudad y de todo el país la formación de su movimiento como parte esencial del movimiento popular guatemalteco y mundial.

 

En eso servicio, en esa vocación, en ese amor pasional de amistad a las niñas, a los niños y jóvenes de la calle, diosas y dioses que manifiestan la cara y la fuerza del amor cósmico,  podemos encontrar el verdadero sentido de nuestra vida, la felicidad que se encuentra solo en la amistad.

 Gérard Lutte, 8 de octubre 1999