los libros + “princesas y soñadores en las calles de Guatemala” de G.Lutte + presentación del libro
CINCUENTA Y NUEVE MUCHACHAS Y MUCHACHOS DE LA CALLE
con Gérard Lutte
PRINCESAS Y SOÑADORES
EN LAS CALLES DE GUATEMALA
PRESENTACION
En este libro presento y comento las historias de vida de 59 muchachas y muchachos de la calle en Guatemala. Al final de la entrevista, un quinceañero me dijo: ¿Por qué no titula el libro ‘Los soñadores de la calle’? “Es bonito”, dije, “pero qué significa?”. “Quiere decir que nosotros, muchachos de la calle, tenemos muchos sueños, pero no podemos realizarlos si no encontramos una persona que nos ayude”. Con una sabiduría que a menudo me sorprende en estos muchachos, él expresaba que lo esencial en la vida de la calle es lo que no se ve, la vida interior, los sentimientos, los deseos, los sueños. Indicaba también cual tendría que ser la tarea de los educadores de la calle: no de imponer los propios proyectos, sino de ayudar las muchachas y los muchachos a realizar los propios sueños, respetando profundamente su autonomía y sus opciones. Nos explicaba también cual debería ser el método fundamental en las ciencias humanas: permitir a las personas de expresarse porque lo esencial es invisible a los ojos, accesible solo en la palabra del otro.
Acepté sus sugerencias agregando la palabra “PRINCESAS” que evoca las reinas mayas, su trágico destino y el de su pueblo. Con esta denominación quise atribuir a las muchachas, despreciadas, humilladas, mercantilizadas, violentadas, más aun de sus compañeros de aventura, para poner en relieve la calidad y la delicadeza de sus sentimientos, de su vida interior y su superioridad humana con relación a toda la gente que las desprecia y maltrata.
Muchas publicaciones sobre “los niños de la calle” resaltan sobre todo los aspectos negativos de sus vidas: hambre, frío, enfermedades, humillaciones, dolor, violencia, muerte, odio y exterminio por parte de los policías, guardias privadas, militares, paramilitares. Pero presentarlos solo como victimas de las injusticias sociales no permite entender la realidad de su existencia y de respeto a su dignidad: son personas dotadas de unas intensas ganas de vivir que lograr sobrevivir en un mundo enemigo sin sofocar sus sentimientos, emociones, sentido de dignidad y una sorprendente vida interior. Una visión piadosa favorece iniciativas asistencialistas que no respetan su autonomía, sus capacidades, sus proyectos, su posibilidad de participar en la construcción de un mundo más humano.
Este libro quiere dar la palabra a las muchachas y muchachos de la calle porque solamente ellos pueden abrirnos las puertas de su mundo interior y hacernos comprender la vida de la calle que no es sólo violencia, sino también casa, familia, amistad, amor, solidaridad, autonomía, fiesta. Sólo los testimonios de quien vive en la calle permiten comprender que a menudo es una opción de vida. Los cincuenta y nueve jóvenes que me contaron sus historias son los autores principales de este libro y me pareció un deber indicarlo en la carátula sin olvidarme de muchos otros con los cuales viví y hablé por dos, tres y más meses por año desde el 1993 hasta el 2004: también ellos han colaborado al desarrollo de esta investigación.
La parte central y principal del libro reporta algunos de los 59 testimonios que recogí en los meses de abril a mayo del 1993. Esta precedido por un capitulo con una breve parte sobre la historia y la situación actual de Guatemala al tiempo de la investigación, historia leída desde el punto de vista de los oprimidos, y sobre el método de la investigación. En la tercera parte trato de entender por qué y cómo se escoge la vida de la calle y come es vivida, utilizando no solo las informaciones de todas las historias, sino también las provenientes de entrevistas con adultos, por la literatura sobre el argumento, por la observación participante y por los numerosos diálogos durante cuatro estadías en Guatemala en 1993 y 1994. En la parte final, trato sobre la identidad de las muchachas y muchachos de la calle y de los medios para realizar sus sueños.
En 1993, Mirna Mack, investigadora etnóloga de AVANCSO (Asociación Para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala) fue salvajemente asesinada por agentes de las fuerzas de seguridad del Estado Mayor Presidencial, probablemente porque su investigación sobre las poblaciones emigradas de las montañas hacia el interior del país seguidamente a la ofensiva del ejército contra los pueblos mayas, favorecía una solución negociada y no armada de sus problemas. Mirna fue puñalada en la entrada de la casa de Avancso como si significara que la investigación va eliminada cuando puede ayudar los oprimidos. Me parece por esto prudente no citar las personas que aceptaron hablar conmigo para no poner en peligro su seguridad y su vida, tanto más que muchos de ellos han recibido amenazas de muerte. Una de ellos, todavía en 1998, fue obligada a emigrar para evitar la muerte.
Naturalmente no escribiré los nombres y apellidos de las muchachas y muchachos entrevistados o informaciones que permitirían de reconocerles no sólo para no exponerlos a las represalias de las despiadadas fuerzas de represión sino también por respeto a su intimidad y confesiones.
Expreso mi gratitud hacia todos aquellos que me han ayudado a desarrollar esta investigación, en particular, los educadores de “Casa Alianza”,
"Solo para Mujeres" para la primera investigación, las acompañadoras y acompañadores, las niñas, niños y adolescentes del “movimiento de jóvenes de la calle” y Cristina Esquivel por la traducción. Los agradecimientos más sentidos y afectuosos van a las muchachas y muchachos que aceptaron hablar conmigo, me guiaron en las calles de su ciudad, me permitieron vivir con ellos y me dieron mucho más que un cuento de sus vidas: lecciones trastornantes de humanidad y su amistad, larga más de siete años, uno de los dones más bellos y preciosos que haya nunca recibido en mi ya larga existencia.
Gérard Lutte